Fin de año... Fue fin de año. Siempre, SIEMPRE se lía. Y quien diga que no, me come el pussy. Obviamente espero que más de uno se atragantara con las uvas, los nombres me los guardo, pero a mi lo de odiar me va, así que no soltaría ni una lagrimita por ellos. Fuck you, ya lo dice Lilly. Realmente no es para tanto, sólo hay una persona a la que realmente odio y es Russel Crowe. Algún día tendremos un duelo de pistolas y caerá. Ya lo digo.
Después de las uvas, visita obligadísima a los vecinitos sexis. Carlos, David, y Paolo, tres amores. Y Chucha, que también estaba por allí. Lluvia de purpurina, que es lo que nos gusta. Y las comparaciones amorosas de Carlos (Te quiero más... te quiero más... te quiero más que a comer garbanzos!) Una copita y directa a la segunda parada!
Y esto fue en casa de un compañero de instituto. Con compañeros de instituto y sobretodo mi churri-Sandra. Bebida, Singstar, cotillón... lo de siempre! Y tras una visitilla por la sala-disco que montó mi hermano en la parroquia (sisi, en la parroquia... ) nos fuimos a Marina, de bares.
Sé que no es lo más glamouroso del mundo, que se esperaba más de mí, que vaya pintas llevo en la foto sin mi flequillo... Pero para acabar en una discoteca
supercool como si fuera la Lohan, dejándome el sueldo en copas, prefiero irme de bares, que acabaré igual que ella, y me gastaré muchísimo menos. Además, estaré entre iguales. Ya sabes, salir de casa como la Princesa Letizia y volver como Amy Winehouse.
Y si algo me encaaanta te fin de año es que todos somos amigos. Te encuentras gente por la calle, y a los cinco minutos son tus BF's. Es genial. El botellón es un must. Todo el mundo está igual de borracho que tú. O más! El disfracismo está en el aire. Todo el mundo lleva algún antifaz, matasuegras, gorro... Recuerdo un grupo de chicos que nos encontramos por allí, con los que nos marcamos unos whiskitos en plena calle.
Ah, y no os enseño el modelito que llevaba por que a pesar de que el vestido era monisimo de la muerte, no iba todo lo digna que me habria gustado ir... Si ni siquiera llevaba el flequillo arreglado, madre mia, what a horror...
Y siento mucho la ausencia todos estos días, pero las vacaciones han podido conmigo. Eso y que no tenía el cable de la cámara. Prometo más en breves...
